martes, 30 de octubre de 2012

Me quedan seis semanas ¿Cómo narices entreno esto?



Seis días. 250 kilómetros. Mucha cuesta arriba. ¿Cómo entreno esto?

(Conviene leer la previamente las entradas anteriores en su orden correspondiente. Para hacerse una idea de qué va esto, mas que nada)

Como comentaba en la entrada anterior no son muchos los planes específicos que se pueden encontrar en Internet para preparar una ruta de este tipo, por lo que me he basado en mi experiencia previa. Los meses previos sentaron la base para preparar el cuerpo, para aguantar entrenamientos largos (y duros). La forma de realizarlo no es acumular kilómetros sin más, sino es buscar un objetivo concreto. ¿Cuál es en mi caso? Se trata de fortalecer las piernas. ¿Cuál es la actividad apropiada para ello? A mi me suele venir muy bien entrenar cuestas.

El entrenamiento de cuestas suele ser parecido a las series y repeticiones. Se elige una cuesta más o menos larga (o sea, en ocasiones larga – sobre 500 metros y en ocasiones, corta - 200 metros), se sube corriendo y se baja andando o al trote, un número determinado de veces. Este entrenamiento, aunque lo suelen recomendar al inicio de temporada (con el objetivo antes señalado), es muy violento, y puede causar lesiones si se hace con demasiada “alegría”.





En su lugar, a mi me gusta subir al monte corriendo. Despacio, eso sí. Disfrutando del entorno, de las vistas (cuando las hay), de los ruidos de la naturaleza, de...
Por tanto los meses de julio y agosto fueron de coleccionar metros de desnivel positivo (pa’arriba, vamos), y también negativo (o sea, pa’abajo), que luego había que bajar. Este trabajo no sólo fortalece los músculos, sino que potencia la resistencia aeróbica, que es la que voy a necesitar en mi reto. Ya he dicho en este blog, que si tengo que andar, andaré, y que si tengo que pararme, me pararé, descansaré y luego seguiré. No pienso correr con deuda de oxígeno en ningún momento. ¡No a la carrera anaeróbica!




En los meses de septiembre y octubre (fase específica de entrenamiento) no haré tanto trabajo de cuestas, aunque no hay que abandonarlo, puesto que un día a la semana es para ello, sino que corro ya pensando en la ruta que voy a desarrollar.

Serán tres ciclos de tres semanas. 9 en total en las semana a semana voy incrementando el número de kilómetros, menos en la última del ciclo, que baja el volumen. Si una semana hago 70 kilómetros, la siguiente subo a 75 y la tercera lo bajo.

Esta semana es la primera del segundo ciclo, y tengo la intención de acercarme a los 80 kilómetros. La siguiente serán 90 y la tercera bajaré hasta 80. El último ciclo incrementa notablemente los kilómetros las dos primeras semanas: 110 y 110, pero disminuye bruscamente la tercera, que solo pienso correr 50, para descansar ya que se trata de la semana previa a la prueba.

¿Será suficiente el volumen de kilometraje para afrontar 250 kms en seis días?

Veamos los kilómetros acumulados:

Julio: 160
Agosto: 190
Septiembre: 300 (previstos)
Octubre: 350 (previstos)

¡Vaya! Que curioso. Justo suman mil kilómetros. (juro que no lo he preparado para que cuadre así, créanme¡¡¡¡)

Ya, ¿pero son suficientes? Creo que si. En esta ocasión no se trata de realizar un maratón buscando una marca concreta, que en mi nivel puede rondar las 3 horas y media, o incluso algo menos, sino simplemente llegar. El ritmo que llevaré será muy inferior al que suelo realizar en una maratón. Si para una marca de tres horas y veinte minutos voy a 4:45 por kilómetro, ahora iré a 6: 30. O sea, muuuucho más lento.

Bueno bien, seguro que alguien me preguntaría, ¿pero no entrenas nada más? ¿Sólo corres?

Si, por su puesto:

• Abdominales. Cada día que salgo a correr.
• Escaleras. Uno se debe olvidar que existen los ascensores. Para subir y para bajar.
• Piernas. Ejercicios específicos para fortalecer.
• Mochila. O sea, llevar la mochila que voy a utilizar cada vez que salgo a correr para ir haciéndome a ella.

¿Y?
También está el entrenamiento invisible, que en este caso es el descanso. El descanso es fundamental puesto que permite asimilar el entrenamiento. El planteamiento semanal incluye 5 días de entrenamiento y dos de descanso, este descanso se puede realizar también mediante otra actividad, como, por ejemplo la natación. Pienso a partir de la semana que viene, ir un día a la piscina para relajar los músculos.

¿Nada más?
Bueno, otra cosa es andar. También a partir de la semana que viene introduciré caminatas, que los entendidos dicen que completan un entrenamiento de este tipo.

¿Ya está?
Faltaba la alimentación y el sueño. No conviene pasarse con la primera ni quedarse corto en la segunda. En ello estoy.

¿Solo entrenamiento físico?
Claro que no. También está el psicológico: elaborar este blog, buscar información sobre tipos de entrenamiento, preparar las etapas, etc. Esto se merece otra entrada de blog. Lo prometo para la próxima.

Quedan 6 semanas. (21/06/2012)